lunes, 23 de febrero de 2015

Osvaldo Raffo -médico legista-

Nisman: el forense que puede cambiar la historia


María Soledad Morales -17 años- había muerto por una fractura en la mandíbula provocada por el peso de una enorme piedra que le tiraron a la cabeza. Pero eso fue antes de Raffo. Luego se supo que en realidad murió por una sobredosis de cocaína, tras haber sido violada en una "fiesta" con los hijos del poder en Catamarca. Y hubo condenas. Ya había caído un gobierno feudal en la Provincia y se había inaugurado una forma de pedir justicia inédita en el país y tan familiar ahora, justo esta semana. La marcha del silencio.
El soldado Omar Carrasco -19 años- había muerto por caerse de algún sitio cuando se quiso escapar del cuartel de Zapala, en la Patagonia, donde estaba haciendo la colimba. O por los golpes de una patota con la que se peleó afuera del cuartel. Pero eso fue antes de Raffo. Al final, murió por una paliza que le dieron los militares que lo tenían a su cargo. La patada feroz de un borceguí le rompió dos costillas y le perforó un pulmón. Un objeto "rígido y romo" le sacó un ojo. Fue el palo de escoba de un lampazo con el que los soldados limpiaban los baños, y que luego fue hallado en el regimiento. Dos militares y dos soldados fueron condenados por el asesinato. Omar tuvo una agonía atroz y su crimen fue el final para el servicio militar obligatorio.
La modelo Alicia Muñiz murió cuando se cayó del balcón interno de una casaquinta, en Mar del Plata, donde veraneaba con Carlos Monzón. Era un accidente. Pero eso fue antes de Raffo. Finalmente resultó que cayó del balcón ya muerta porque su pareja, el ex campeón mundial de boxeo, le había pegado una trompada y la había ahorcado con sus manos. Por eso al cuerpo le faltaba el músculo esternocleidomastoideo, que evidenciaba la compresión manual, prueba del estrangulamiento. Alguien se lo sacó para proteger al boxeador, pero Raffo notó su falta en la segunda autopsia. "Sonaste, Monzón", pensó mientras trabajaba. Y Monzón terminó condenado por el homicidio.
Nora Dalmasso, María Marta García Belsunce, José Luis Cabezas, Candela Rodríguez, Angeles Rawson, la tragedia de Cromañón. No hubo crimen ni muerte conmocionante que no pasara bajo el microscopio del forense más consultado de la Argentina.También los suicidios, siempre dolorosos o inexplicables. Raffo fue quien hizo la autopsia al cuerpo de René Favaloro. Después contaría que, aquella madrugada de invierno del año 2000, salió de la morgue llorando.
Fue una de sus 20.000 autopsias. Una cantidad abrumadora, si se considera que una persona que se jubila tras 30 años de vida laboral trabaja, en promedio, unos 7.500 días. Los cuerpos hablan y Raffo aprendió a escucharlos. Los escucha desde hace 50 años.
Ahora es el perito de parte contratado por la jueza Sandra Arroyo Salgado, la madre de las hijas del fiscal Alberto Nisman. Si Raffo tenía que entrar en un caso antes de retirarse, en sólo uno más, ése caso era el de Nisman.
Osvaldo Raffo nació en Parque Patricios el año en el que derrocaron al presidente Hipólito Yrigoyen. Hijo de un matarife, ha dicho en varias entrevistas que cree que se inclinó por la especialidad de tanatólogo (del griego thanatos, muerte) "por ver tantas vacas muertas" cuando era chico. Se recibió de médico en la UBA, en 1957. Nisman todavía no había nacido. Diez años después obtuvo la especialidad de médico legista. Su libro La muerte violenta, editado en los 80, es todavía un manual básico y de cabecera para los criminólogos que colman las salas cada vez que el médico se presenta a una charla académica. Todos lo llaman "maestro".
Raffo vive en su casa de San Martín de toda la vida y aún, a los 84 años -y aunque se ayude para caminar con un bastón-, sigue haciendo los movimientos básicos del kendo, el arte marcial de los samurais japoneses que practica desde la adolescencia. Una especie de esgrima con sables. Para él, su cable a tierra. La actividad que le baja el estrés de un trabajo, digamos, poco habitual. En su juventud fue campeón de yudo y una tarde recibió una medalla de manos del mismísimo presidente Juan Domingo Perón.
En estos días, su secretaria levanta el teléfono y excusa al doctor. Dice que no atenderá hasta que concluya su informe forense. No será uno más. Raffo está ahora concentrado en el principal enigma de la Argentina: si el fiscal se suicidó por su voluntad, por la voluntad de otros o si directamente fue asesinado.
Para Raffo, la escena del crimen es un templo. Por eso volvió al departamento de las torres Le Parc, tres semanas después del hecho, y encontró pelos y otras evidencias que habían pasado inadvertidas para los peritos que trabajaron en el lugar la misma noche del hallazgo del cuerpo.
Cuando habla del examen del lugar, Raffo cita a los clásicos de la Criminalística: "Es las tres cuartas partes de la autopsia", definió a esa prueba Alexandre Lacassagne, médico y criminólogo francés y rival del italiano Césare Lombroso, a fines del siglo XIX. Para Raffo, el equipo que interviene en la escena del crimen debe actuar "en forma coherente y metódica bajo la autoridad de un instructor judicial. Tenacidad y minuciosidad son cualidades indispensables, pues un dato insignificante puede resultar clave". Y aconseja: "Las comisiones numerosas no son convenientes: basta con el investigador (juez o fiscal), el médico legista, el laboratorista especializado en técnicas forenses, el fotógrafo, el dactilóscopo y el dibujante".
Es decir, seis personas. Cuantas menos, mejor. En el departamento de Nisman llegó a haber más de treinta, aunque después no hubiera ADN de ninguno de ellos en ninguna parte.
Sigue Raffo, en La Muerte Violenta: "No se puede improvisar, prejuzgar ni adivinar. Hay que diagnosticar adaptando los razonamientos a los hechos. Cada caso ha de considerarse sui generis, porque el homicidio no se repite jamás en idéntica forma. Es necesario vivenciar el escenario criminal para obtener resultados fructíferos en la interpretación de los datos de la autopsia. Hay en la levée du corps (tareas del levantamiento del cadáver) una trilogía inseparable: examinar el lugar, autopsiar el cuerpo, regresar al lugar. Sólo así podrá responderse al cuestionario clásico: ¿Qué pasó? ¿Quién lo hizo? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?".
Y remata: "El lugar del hecho es un recinto sagrado. La simple movilización de un objeto de su lugar primitivo basta para llevar al investigador por el camino errado".De las cinco respuestas a las preguntas del manual, en el caso Nisman sólo conocemos una: cuándo. Las otras cuatro podrían cambiar la historia.
Raffo apareció en público por última vez hace dos semanas. Salió de la fiscalía de Viviana Fein y dijo: "Sería imprudente adelantarnos a aquello de lo que todos estamos pendientes, que es si fue un suicidio o un homicidio", y aseguró que buscará "encontrar la verdad demostrable científicamente". Su opinión no quedará encerrada entre las paredes de un tribunal, ni en las aulas. Esta vez, tendrá de oyente a un país.

domingo, 8 de febrero de 2015

Kirschbaum

La trama que envuelve la muerte del fiscal Nisman

Del editor al lector

Dos jueces investigan, por separado, la denuncia de Nisman por presunto encubrimiento y la muerte del fiscal. Hay un convencimiento: una cosa precipitó la otra. Es decir, entre la firma del acuerdo con Irán y el hallazgo del cadáver del principal investigador del mayor atentado de la historia en la Argentina, existe un desarrollo que sirve como una guía explicativa, además, de decisiones políticas que el gobierno de Cristina Kirchner fue adoptando luego de la muerte de Néstor Kirchner.
Hay otro actor que ya tampoco está. El venezolano Hugo Chávez que habría convencido, primero, y alineado, después, a la Argentina en una alianza estratégica que se contradecía con la que había integrado antes del 27 de octubre de 2010, día de la muerte de Kirchner.
Tres meses después de esa fecha, Timerman se reunió en secreto, con el paraguas que le proporcionó el presidente sirio Al Assad, con el canciller iraní en Alepo. Y se puso en marcha la negociación.
El 10 de febrero, apenas unos días después de esa reunión, el canciller se subió a un avión militar de EE.UU. y abrió en persona, con un alicate, el maletín que tenía claves secretas de Washington. La prensa oficialista confirmó que la orden la había dado Cristina. El gesto de "antiimperialismo" explícito no sólo fue para la Casa Blanca sino para Teherán: el "giro" no era sólo retórico.
Dos años y tres meses después de la muerte de Néstor, Cristina anunció la firma del acuerdo con Irán. Sólo 30 días después, la ley 26.843 oficializó el Memorándum de Entendimiento, cuyo punto 7 dice: "Este acuerdo, luego de ser firmado, será remitido conjuntamente por ambos cancilleres al Secretario General de la Interpol en cumplimiento a requisitos exigidos por Interpol con relación a este caso". ¿Cuáles eran los requisitos? Para Nisman, el compromiso para levantar las alertas rojas de los acusados iraníes.
Entonces el fiscal, cuya muerte lamentó explícitamente el nuevo embajador de EE.UU. en Buenos Aires, encontró una trama de encubrimiento en todo el trámite. Venía trabajando en la denuncia -los borradores que se secuestraron en el basurero de su casa databan de junio de 2014- y se especula que la presentó luego de que la Presidenta descabezara la SIDE, y temiendo que la Procuradora lo fuera a reemplazar.
La muerte del fiscal está envuelta en esa trama de espionaje, política y presiones internas.
Un cóctel letal en el que el Gobierno entró subestimando lo que estaba en juego.

jueves, 5 de febrero de 2015

¿Sarlo arrepentida?


LO QUE NO DIJO CFK  

Corporación de espías

Por Beatriz Sarlo. Cómo la Presidenta eligió aumentar la confusión y perdió la chance de llamar a las cosas por su nombre. La alianza maldita.

La legendaria y muy actual revista The New Yorker llama al caso Nisman “A very argentinian mystery”. La Presidenta, por el contrario, en su discurso del pasado lunes, dio la impresión de que tenía casi todas las piezas puestas en el lugar adecuado. Eligió un sospechoso como Lagomarsino y sugirió instigadores. Entre el lunes y hoy este muchacho Lagomarsino (para llamarlo con la expresión condescendiente que usó Zaffaroni al referirse a Nisman en su payada radial con Víctor Hugo) se las arregló para que lo dicho por la Señora pierda contundencia. Así es la Señora: antes de dejar que la Justicia investigue tranquila, prefiere aumentar la confusión a golpes de Twitter porque, como lo dijo ayer por cadena, ella tiene tanto derecho a la libertad de expresión como cualquier ciudadano y omitió decir que no cree tener mayor deber de verosimilitud.
En su hipótesis sobre Lagomarsino, la Presidenta siguió los hilos que conducirían desde este experto en informática a la mano del Gran Titiritero Magnetto. El hermano de quien le dio el arma a Nisman, dijo la Presidenta, es o era empleado de ese espíritu del Mal, que Kirchner primero quiso seducir con amistad y luego derrotar en la pelea frente a frente.
Ni a Rodolfo Walsh, en su cuento “Asesinato a distancia”, se le ocurrió una trama tan contorsionada. Imaginemos. Una noche, el hermano de Lagomarsino, súbdito del imperio Magnetto, le dijo: “Vos estás en el lugar ideal para una opereta que no sólo conviene a mis amigos sino que nos va a dar plata a todos. Se trata de política, y para vos suma el beneficio de que no te gustan los K. Lástima que publicaste esos tuits medio imbéciles. Bueno no importa. Primero andá a renovar tu pasaporte. Después, en cuanto regrese Nisman (eso ya está arreglado por nosotros), le das un arma y le decís que hackeaste la cuenta de un iraní que está siguiendo a sus hijas por Europa. Sólo eso y te convertís en millonario”. Lagomarsino vio el negocio y cumplió al pie de la letra.
Voy a focalizar sólo en un punto que llamaré la “oportunidad perdida”. La Señora no supo ver el argumento que podría haber unido la anunciada reforma de los servicios con uno de sus temas sociopolíticos preferidos: el de las corporaciones.
En la kirchnerlengua cotidiana, los diarios y especialmente Clarín son denominados corporaciones. Con refinada retórica se llama al holding periodístico dirigido por Magnetto la Corpo de la Opo. De los ruralistas también se habló en términos de la corporación agraria, en un sentido preciso: que los sectores más diferentes (los chicos, los medianos y los grandes) se habían unido, olvidando sus conflictos, para oponerse a las políticas del Gobierno, lo cual es cierto. Eventualmente, se utiliza el término corporación para definir a las centrales obreras, que pueden borrar sus contradicciones internas cuando se trata de defender el manejo del dinero de las obras sociales o reivindicar los monopolios electorales y evitar la representación de minorías. Típicamente el Ejército fue en este país una corporación. Y lo es la Iglesia Católica desde siempre. En diversas coyunturas, la Señora ha insistido en el carácter no sólo opositor de Clarín sino en su dimensión corporativa, a la que arrastraría a sus competidores del campo periodístico.
Pero es insólito que, cuando la Señora se encuentra con la cara intratable de los servicios cuyos agentes se mueven corporativamente, olvide que ha tenido una mafia corporativa alojada en su gobierno. Los servicios son una corporación y los Kirchner no la denunciaron sino que jugaron su juego. El gran sociólogo Durkheim afirmó que los miembros de una corporación cierran filas, conservando sus lealtades, como si fueran una familia, donde, como en toda familia, las traiciones son posibles.
La ex SIDE mantuvo a lo largo de los años conductas corporativas, reclutando agentes, tapándolos, usando el dinero público sin auditoría, impidiendo el control parlamentario de sus tareas y, finalmente, convirtiendo a todo el mundo en agentes dobles  como Stiuso, que, por un lado, parecían responder a las órdenes de Néstor Kirchner y, por el otro, habrían armado una trampa descomunal en la que intentaron hacer caer a su viuda. Así le pagó Stiuso a Néstor.
La Señora perdió la oportunidad de llamar a los servicios por su nombre: una corporación que antes se llamaba SIDE y ahora, según el proyecto de ley, se llamará la “Agencia”. Esa corporación, nos dijo la Señora, “bombardeó” desde 2013 el acuerdo con Irán que permitiría llegar a una verdad sobre la AMIA.
Los servicios son una corporación y los Kirchner no la denunciaron sino que jugaron su juego.
En sospechoso paralelo comenzaron “denuncias de lo más insólitas” (quiere decir por corrupción) con la complicidad de jueces, fiscales y, por supuesto, periodistas.
Se trata de un family plotuna alianza maldita entre la corporación de los servicios y la de las noticias. La Presidenta, quien habló sin parar de las corporaciones, en esta ocasión no supo reconocer a la que le trajo este dolor de cabeza. La atacan dos corporaciones: en cuanto deje fuera de juego a los agentes de la ex SIDE, se abrirá la puerta de la quinta de Olivos y aparecerá un canillita con los diarios mientras todos los televisores se encienden en TN.
Nota aclaratoria: reconozco ante quienes no lo sabían o lo habían olvidado que escribí en la revista Viva de Clarín durante cinco años. El papa Francisco me perdonó por carta, con la condición de que rezara por todos aquellos a quienes los diarios engañan. Vale esta confesión para evitar la denuncia por Twitter de algún compañero K.

Cajón cerrado

Por mi parte, el caso Nisman ya está resuelto.

Todas las pistas sobre "la desaparición" conducen a Santiago Petracchi y a Eugenio Zaffaroni"

Antonio Horacio Stiuso, Matrícula 10.887.186  CUIL  20-10887186-6
Apellido materno: Scuderi


Nacimiento: 21 de Junio de 1953
61 años
Callao 1441  4to piso- Capital Federal.
J. Martí 2666 - San Justo.

Interna judía (AMIA-DAIA) , interna judicial (oficialismo y oposición) y mafia de lavado de dinero:

Cajón cerrado. 

Galeano Jaime

EL PAIS › LIFSCHITZ, TESTIGO DE LA CAUSA POR ENCUBRIMIENTO

“Al irse Stiuso, se quedó solo”


“La separación de (Antonio ‘Jaime’) Stiuso de la Secretaría de Inteligencia, el pedido de indagatoria de la Presidenta que hizo (el fiscal Alberto) Nisman y que haya aparecido muerto son tres hechos íntimamente relacionados. No tengo la menor duda.” Tajante, el ex secretario del ex juez Juan José Galeano Claudio Lifschitz vinculó el caso Nisman a “un contragolpe de los servicios de inteligencia”. Y aseguró en este sentido que el fiscal “sostenía lo que sostenía Stiuso, y al irse Stiuso de la SIDE, se quedó solo”.
Lifschitz es testigo en la causa por encubrimiento del atentado a la AMIA, por la que serán llevados a juicio oral el ex presidente Carlos Menem, Galeano, los ex fiscales José Barbaccia y Eamon Müllen y el ex titular de la SIDE Hugo Anzorreguy, entre otros. Fue prosecretario del juzgado de la AMIA hasta que se fue denunciando que Galeano y el gobierno de Carlos Menem habían desviado intencionalmente la investigación, dirigiéndola hacia la pista falsa de los policías bonaerenses.
“Siempre hubo un límite en la investigación del atentado, y ese límite lo puso la SIDE”, dijo ayer a Página/12. Lifschitz atribuyó las maniobras de los espías a que ellos mismos participaron de la voladura. “Stiuso es el encubridor de la causa AMIA y el que sabe realmente qué es lo que ocurrió. Yo le atribuyo directamente haber participado en el atentado, lo vengo diciendo hace mucho. El papel de la SIDE, el único papel que cumplió en la investigación del atentado, fue encubrir, ocultar. Acá hubo un plan diseñado desde el Estado para erradicar todas las pruebas. El juez (Galeano) facilitó que esto se pudiera hacer, es decir que no hizo una investigación sino que armó un proceso para encubrir, pagándole a (el reducidor de autos Carlos) Telleldín para que hiciera la imputación falsa contra los policías, armando una causa con testigos coaccionados, con apremios ilegales por parte de la SIDE y del propio Stiuso.”
El ex secretario de Galeano también cuestionó el desempeño de Nisman, que llegó a la fiscalía cuando él ya se había ido del juzgado. “No le hizo bien nunca a la causa porque se convirtió en un vocero de la SIDE: no tenía iniciativa propia”, aseguró. “Más allá de que su muerte es un hecho trágico, no puedo dejar de decir que hizo daño a la investigación. De hecho, Nisman, cuando fue a juicio oral la supuesta conexión local del atentado, sostuvo la acusación contra la pista inventada de la Policía Bonaerense y pidió la reclusión perpetua de los acusados. Lo hizo a pesar de estar en pleno conocimiento de que Telleldín había cobrado para involucrar a gente inocente. Si no hubiera tocado un tribunal independiente como el TOC-3, la causa se podría haber cerrado condenando a personas que no habían tenido nada que ver.”
Lifschitz también habló de la denuncia que Nisman presentó contra el gobierno nacional. “Sabemos que estas personas separadas (de la SI) son las que llevaron a Nisman a su postura contra el memorando con Irán, y ese desacuerdo, sumado a los apartamientos, motivaron ese apuro con la denuncia. La presentó durante la feria, cuando hubiera correspondido que lo hiciera ante Canicoba Corral. Si le sumamos que se vino antes de unas vacaciones con su hija en Europa, para presentar algo sin fundamento jurídico... Yo lo relaciono de manera directa con el descabezamiento de la SIDE. Era la cabeza de turco, le dan información que es engañosa, que no tiene sustento jurídico porque está manipulada, viciada. Calculo que habrá estado bajo una presión muy grande.”

Estado de shock

El Gobierno no sale del estado de shock

EN FOCO.Cristina no permitió ninguna ayuda internacional sobre Nisman. Ni siquiera para acelerar pericias clave.


Viviana Fein está viviendo un final de su carrera judicial que jamás imaginó. Casi una pesadilla. La fiscal tiene a su cargo la investigación de la muerte de Alberto Nisman en las peores condiciones: con una Procuración General, comandada por Alejandra Gils Carbó, que la aisló desde el primer minuto de la tragedia; un poder político, el kirchnerista, que desea desplazarla de su lugar y persuadirla de que se acoja a la jubilación que ya tiene habilitada; fuerzas policiales y de seguridad, que colaboran con ella, bajo estado de sospecha; agentes de inteligencia que la colocan en medio de la guerra que el Gobierno, irresponsablemente, detonó en ese mundo de oscuridades. Así trabaja la persona que indaga sobre el crimen político mas importante de los 31 años de democracia.
Cristina rechazó cualquier posibilidad de colaboración internacional. Hubo una que partió desde Washington. Imposible en este tiempo. Nadie sabe si fue por otra explosión de su peculiar sentido nacional, por la creencia de que, así como están, las cosas marcharían bien o porque poseería en su inconsciente algún deseo tironeante y contradictorio para que la muerte de Nisman se esclarezca, no se esclarezca o quede atrapada en un manglar. Ni siquiera ha permitido algunas pericias de organismos extranjeros, mas expertos y con tecnología superior a la existente en la Argentina. Han pasado diecisiete días del trágico episodio y todavía, por ejemplo, no hay certeza sobre cómo se disparó el arma Berza 22, que el enigmático Diego Lagomarsino le cedió al ex fiscal. Existen dudas sobre los rastros de pólvora. Fein acaba de ordenar otra prueba.
Gils Carbó le ofreció a Fein, con visible demora, la ayuda de una decena de empleados suyos. Pero la fiscal, que no tiene pocos inconvenientes, entendió que podía ser peor el remedio que la enfermedad. El mundo del Ministerio Público está regado por la desconfianza. Es el resultado mas palpable, hasta ahora, de la gestión de la Procuradora. "Mejor seguir así que dormir todos los días con el enemigo", confió uno de los hombres de la fiscal. Claro, las cosas progresan en un campo plagado de obstáculos. Es incomprensible, para una muerte de la magnitud de la de Nisman, que aún no hayan podido repasarse los videos íntegros de las cámaras de seguridad del complejo Le Parc, en Puerto Madero, donde vivía Nisman.
Tampoco habría que desestimar nunca, en cualquier acontecimiento, de cualquier carácter, el factor argentino: las cosas resultan siempre mas o menos. Improvisación e inoperancia. Ahora se descubriría que el barrio presuntamente inviolable de la Ciudad no lo sería tanto. Fein es martirizada por el teléfono de Gils Carbó. En especial desde que aclaró ciertos  asuntos: que Nisman no había regresado desde Europa de modo imprevisto; que Lagomarsino había iniciado el trámite de su pasaporte en diciembre y no el 14 de enero, el día que el entonces fiscal presentó su denuncia por supuesto encubrimiento contra Cristina y Héctor Timerman a raíz del atentado en la AMIA, de 1994, que arrojó 85 muertos. Además, que aquel técnico informático no tiene relación alguna con la misteriosa muerte. Al menos por ahora. Su imputación refiere a la cesión del arma. Otro delito. Todas revelaciones que desairaron la novela policial urdida por la Presidenta los días posteriores a la tragedia.
Tal vez por esa razón, Fein habría resuelto transigir con la trastada que le hizo la Procuradora. Mencionó una "mala interpretación" por el comunicado que emitió el Ministerio Público (incluso en su página Web) negando la existencia de un borrador con el pedido de detención de Nisman a Cristina, que fue revelado por Clarín. La responsabilidad evidente fue de Gils Carbó, no de la fiscal.
Sin embargo, el kirchnerismo embistió contra Fein. Una mujer incómoda, en estas circunstancias, para el poder. El Secretario General de la Presidencia, Aníbal Fernández habló de un "papelón fenomenal". Pero culpó sólo a aquella mujer y se olvidó de todos los demás. De Gils Carbó y de Jorge Capitanich, que consumó el lunes uno de los actos mas cachivachescos de su labor como jefe de Gabinete. La ruptura en el atril de la Casa Rosada de dos notas de Clarín -eso hizo- podrían desnudar cuestiones mucho mas serias que desmerecerían, en parte, el perfil pelele del chaqueño. Su gesto podría anticipar de modo simbólico, por caso, hasta qué punto estaría dispuesto el kirchnerismo a llevar su batalla contra el periodismo que no le resulta sumiso. La suspensión judicial de la adecuación de la Ley de Medios no sería un impedimento para la lógica K.
Aníbal Fernández no únicamente culpó a Fein por el mal paso público del Gobierno. También pretendió sellar las pistas K sobre la investigación. Sin inocencia, tiró un presunto vínculo entre Jaime Stiusso, el espía apartado por Cristina, y la fiscal Fein. ¿No le pudo haber acercado el famoso borrador?, interrogó. Insistió, como para que no queden dudas hacia donde apuntaría la proa oficial, que detrás de toda la discusión de la muerte de Nisman y la denuncia contra Cristina "está Stiusso". Fein y el juez que a futuro se haga cargo de la pesada causa, según su entender, podrían ser simples ornamentos. Esa concepción kirchnerista sobre el funcionamiento del Poder Judicial sería lo que explicaría este presente. Que ningún juez se quiera hacer cargo de la denuncia de Nisman. Ariel Lijo se excusó. Tiene bastante con el escándalo Ciccone de Amado Boudou. ¿Por qué también la Presidenta? A Daniel Rafecas le duele todavía el escarmiento que le propinó Cristina por haberse metido, alguna vez, con aquellos trapos sucios del vicepresidente. La determinación ha quedado en manos de la Cámara Federal. Habrá que ver que resuelve. Aunque la estrategia del Gobierno podría orientarse en esta dirección: que la denuncia de Nisman contra la Presidenta por la AMIA y la muerte del fiscal, a cargo de la jueza Fabiana Palmaghini, pudieran unificarse con la causa AMIA, a cargo de Rodolfo Canicoba Corral. Una especie de megacausa. Lo mejor, a lo mejor, para aletargar su desarrollo.
La muerte de Nisman va por la tercera semana. Y existen poquísimas certezas acerca de lo que ocurrió ese fin de semana del 17 y el 18 de enero. El Gobierno parece haber hecho hasta ahora aportes nulos para ayudar al esclarecimiento. Al contrario, sus acciones y comunicaciones han tendido siempre a oscurecer la escena. Va y viene desconcertado. Empezando por la Presidenta. Sus falsedades construyeron buena parte de la argumentación kirchnerista que, de a poco, pareciera derretirse al calor de los hechos.
¿Por qué extrañarse, entonces, de que Capitanich diga lo que dice cada mañana? El jefe de Gabinete pudo haber cruzado un límite, sin embargo, con el último equívoco. No por haber roto aquellos diarios, que no habría sido del desagrado presidencial. Si, por haber mostrado un Gobierno en situación de ridículo cuando negó lo evidente. Aníbal Fernández le echó la culpa Fein y exculpó a Capitanich, a sabiendas de que el jefe de Gabinete puede ser, quizás, un próximo desocupado del poder.

martes, 3 de febrero de 2015

DAIA

"El judío bueno, es el judío muerto. El judío bueno es Nisman": la DAIA repudió afiches antisemitas en Villa Crespo

02/02/2015 13:54 hs
La organización que representa a la comunidad judía argentina expresó su bronca contra unas polémicas inscripciones de elevado contenido racista.
El judío bueno, es el judío muerto. El judío bueno es Nisman: la DAIA repudió afiches antisemitas en Villa Crespo
La DAIA repudió fuertemente, mediante un comunicado, los afiches antisemitas que aparecieron por las calles de Villa Crespo.

Comunicado de la DAIA:

"La entidad representativa de la comunidad judía argentina expresa su más enérgica condena ante la aparición, durante el día de ayer, de carteles con la leyenda "El judío bueno, es el judío muerto. El judío bueno es Nisman", en diferentes avenidas del barrio de Villa Crespo, entre ellas Corrientes, Juan B. Justo y Scalabrini Ortiz. 

La DAIA repudia el contenido de claro corte antisemita de los afiches, así como su incitación a la violencia e insta a las autoridades correspondientes a investigar el caso e identificar a los autores materiales e intelectuales.

Asimismo, la entidad hace un llamado a los diferentes sectores que componen la sociedad argentina a condenar este tipo de delito que atenta contra la democracia y la convivencia pacífica." 

arresten a esa señora !!!

El fiscal Nisman analizaba pedir el arresto de la presidenta de Argentina

La investigadora de su muerte confirma que existía un borrador con esa idea

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, escucha al ministro de Economía, Axel Kicillof, en una reunión en la Casa Rosada el 30 de enero. / ENRIQUE MARCARIAN (REUTERS)

El fiscal argentino Alberto Nisman, que fue hallado muerto el pasado enero, un día antes de presentar en el Congreso presuntas pruebas contra la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, se planteó pedir su arresto. Nisman solicitó la imputación penal contra Fernández, su ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman, y uno de sus diputados, Andrés Larroque, por supuesto encubrimiento de funcionarios y exfuncionarios iraníes acusados por el atentado terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) de 1994 en Buenos Aires, en el que murieron 85 personas. Un documento encontrado en casa del fiscal revela ahora que Nisman redactó un borrador en el que solicitaba, además, el arresto de Fernández, según ha confirmado este martes la fiscal Viviana Fein, que investiga la muerte de Nisman. Fein aclaró que finalmente la petición de detención no fue incluida en la acusación que el fiscal presentó ante la justicia antes de morir.
El domingo, el periódico Clarínpublicó que la policía había hallado en un cesto de residuos de casa de Nisman el borrador con la solicitud de arresto, y que el documento constaba en la causa de su muerte. La fiscal Fein y el Gobierno de Fernández desmintieron la información publicada por el diario, enfrentado al Kirchnerismo. Ayer lunes, en su rueda de prensa diaria, el jefe de Gabinete de ministros, Jorge Capitanich, rompió en público las dos páginas de Clarín en las que se daba la noticia. El polémico gesto fue repudiado por parte de la prensa y la oposición.
Este martes, la fiscal se ha desdicho, y ha dado la razón a los periodistas que firman el artículo, Nicolás Wiñazki y Daniel Santoro. Fein reconoció un “error de interpretación”. Dijo que en realidad ella había desmentido que la petición de arresto figurara en la imputación que el fiscal presentó antes de morir, pero acabó confirmando que el borrador existía y que estaba incorporado en su investigación. Es decir, aparentemente Nisman evaluó la posibilidad de pedir la detención de Fernández, Timerman y Larroque, pero finalmente desistió.
El jefe del Gabinete argentino, Jorge Capitanich, hace trizas dos páginas del diario 'Clarín' el 2 de febrero, en una rueda de prensa. / EFE
Con sus palabras de hoy, la fiscal ha dejado mal parado a Capitanich y su gesto contra los periodistas que escribieron la información. Uno de ellos, Santoro, es un profesional que ha sido galardonado con premios como el Rey de España, el Moors Cabot y el de la Fundación García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano. Sus investigaciones acabaron con el arresto domiciliario por unos meses en 2001 del expresidente argentino Carlos Menem (1989-1999) por presunto contrabando de armas.
Nisman presentó su imputación contra Fernández, su ministro, el diputado del colectivo juvenil kirchnerista La Cámpora y otras cuatro personas cuatro días antes de morir. Sin embargo, juristas que analizaron su acusación consideran que las escuchas telefónicas, palabras de funcionarios, citas de artículos periodísticos y hechos que cita y en los que se apoya difícilmente podrán convertirse en prueba de un delito, según ha reconocido un artículo publicado por La Nación, otro periódico crítico de kirchnerismo.
El secretario general de la Presidencia y uno de los siete candidatos presidenciales kirchneristas para las elecciones primarias de agosto próximo, Aníbal Fernández, criticó este martes a Fein por sus versiones contradictorias: "Lo de la fiscal me preocupa porque lo de hoy es un papelón". En cambio, el fiscal del tribunal de apelaciones del caso Nisman, Ricardo Sáenz, defendió a Fein: dijo que se atreve a contradecir a la propia Fernández y opinó que el kirchnerismo la quiere "sacar de la causa". Frente a sus declaraciones, la fiscal reaccionó negando condicionamientos: "Nunca ejercieron presión en mi actividad ni el Gobierno, ni ninguno. Yo soy una persona independiente. Y el día que sufra alguna presión voy a ser la primera en decirlo".

Cajón cerrado /

El último adiós de su ex mujer: "Sabemos que esto no fue decisión tuya"

La muerte que conmovió a la Argentina
Sandra Arroyo Salgado habló en la ceremonia y volvió a dejar en claro que para ellos la muerte del fiscal no fue por un suicidio. Acudieron personalidades de la política y funcionarios del Gobierno porteño.
El entierro de Alberto Nisman en el cementerio de La Tablada fue una ceremonia íntima, emocionante, y también de fuerte contenido político. La ex esposa del fiscal, Sandra Arroyo Salgado, lo despidió con unaexposición conmovedora para los pocos presentes en el lugar.
Primero leyó dos cartas de despedida redactadas por las hijas de ambos, Lara y Kala. Y después habló ella: "Los que te conocemos sabemos que esto no fue decisión tuya", dijo la jueza aludiendo al supuesto suicidio de su ex marido, y después dejó todavía más en claro que cree en esa hipótesis, sino todo lo contrario: "Tenemos la certeza de que esto fue obra de otras personas".
En lo que parecieron ser críticas a la fiscal Fein, Arroyo Salgado dijo que "hablo también como miembro del poder judicial, poder en donde creo que no estamos haciendo bien las cosas".
La llegada del cortejo fúnebre al cementerio israelita de La Tablada. (Maxi Failla)
Antes, habían hablado el filósofo Santiago Kovadloff; el vicepresidente de la DAIA, Waldo Wolff; y el presidente de la Asociación de Fiscales y Funcionarios, Carlos Donoso Castex, quien leyó un poema escrito por una autoridad judicial que no identificó.
Entre los presentes se encontraban las legisladoras Elisa Carrió y Patricia Bullrich; y los ministros porteños Guillermo Montenegro y Hernán Lombardi; entre otras personalidades del mundo de la diplomacia, el poder y las entidades de la comunidad judía.
Arroyo Salgado se presentó como querellante en la causa que investiga la muerte de Nisman.
Está segura que al padre de sus hijas lo mataron: era el fiscal del caso AMIA, denunciante de la Presidenta de la Nación.